
Desde este rincón a través de la ventana, me traslado a otro lugar. La noche cae y todo lo cubre con su manto oscuro de hiel. Observo como las luces de la calle, retoman otras formas y colores... Mezcladas con la noche, amparadas por la luna, difuminadas por los contornos y mecidas por el viento.
Como otra noche cualquiera, sin la particularidad de transcurrir en octubre, me acerco al cristal y apoyo la frente en él, fijando la mirada más allá de las calles y las sombras. Contemplo el paisaje, admiro la luna y embriagada por el efecto que causan en mí todos los detalles de esta noche, me dejo llevar por un universo de sensaciones. Todo está en silencio. Escucho detenidamente, pero no logro oír nada. Nada, excepto una melodía... La melodia del otoño que nubla mis sentidos esta noche y cautiva mi alma.
Hoy ya puedo soñar contemplando la luna...
Como otra noche cualquiera, sin la particularidad de transcurrir en octubre, me acerco al cristal y apoyo la frente en él, fijando la mirada más allá de las calles y las sombras. Contemplo el paisaje, admiro la luna y embriagada por el efecto que causan en mí todos los detalles de esta noche, me dejo llevar por un universo de sensaciones. Todo está en silencio. Escucho detenidamente, pero no logro oír nada. Nada, excepto una melodía... La melodia del otoño que nubla mis sentidos esta noche y cautiva mi alma.
Hoy ya puedo soñar contemplando la luna...